Skip to main content

DIOS Y MIS MONTES

DIOS Y MIS MONTES



Me hinco de rodillas, Señor, mi amado Dios,
Ante el espectáculo de los montes nevados;
Espléndida blancura como no hubo dos:
La blancura infinita del “Túnel No Cruzado”.


¿Acaso cuando muera volaré con mi alma
Por donde viaja el cóndor pese al frio de invierno,
Disfrutando en el vuelo, al ver la blanca calma
De las nieves que indican que no existe el infierno?


Morir, toda de blanco, no de novia, de nieve.
Y al morir, que el frio de mi cuerpo con la nieve se funda.
¡Qué grandioso sería lo que aquello conlleve:
Entre Alfonsina y Karina, que nadie se confunda!


Si yo soy una gota y Tú eres el océano...
¿Puedo, Señor también ser copo de Ti, Hombre de Nieve?
No en Tu frio intenso, si no en el pincel de Tu mano
Y la luz incandescente que pintaste en cada pliegue.


No te olvides, Señor, ésto que aquí te pido.
Envuélveme en la nieve de los montes plateados,
Tan pronto Tú decidas que es mucho lo vivido.
Cúbreme con Tu blancor, colócate a mi lado.

DESCARGAR / IMPRIMIR AQUI



© Karina Galvez
www.karinagalvez.com